martes, 1 de noviembre de 2011

Riesgos al interior de un túnel

Un túnel puede ser definido como un paso subterráneo que se abre artificialmente para permitir la comunicación entre dos puntos salvando un monte, un río o cualquier otro obstáculo. Las innovaciones técnicas hacen cada vez más accesible para las administraciones abordar el coste económico que supone acometer obras de este calibre. Asimismo, los túneles de reciente construcción suelen cumplir con las exigencias en materia de seguridad demandadas por la Administración y por los usuarios.

Sin embargo, si el paso subterráneo no se encuentra adecuadamente acondicionado, o los conductores de los vehículos que se hallan en su interior ignoran cómo deben actuar ante una emergencia, la producción de un accidente en el interior de un túnel puede originar una verdadera catástrofe. Resulta por tanto imprescindible minimizar la posibilidad de accidente y, en caso de producirse, atenuar al máximo sus consecuencias.

Infraestructuras más seguras

Para lograr este doble objetivo los gestores de los túneles tienen la obligación de crear infraestructuras cada día más seguras, pudiendo de este modo exigir a aquellos conductores que infrinjan las normas una mayor responsabilidad en la producción y por lo tanto en las consecuencias de un accidente.

En primer lugar deberán ser los titulares del túnel quienes mantengan un constante esfuerzo en pos de proporcionar al usuario un nivel de seguridad adecuado en el interior de la galería que gestionan. El programa EuroTAP (European Tunnel Assessment Programme), en el que trabajan varios clubes automovilísticos europeos, y en el que colabora la Unión Europea, inspecciona cada año el nivel de seguridad de los tramos de carretera que salvan bajo tierra las dificultades orográficas de nuestro continente. Los ingenieros responsables del proyecto analizan afanosamente el potencial de seguridad y el potencial de riesgo de los túneles designados para el estudio, con el compromiso de dar a conocer los resultados obtenidos para que sean tomadas las medidas adecuadas.

Potencial de riesgo y potencial de seguridad

El “potencial de seguridad” se basa en el análisis de diversos aspectos a la hora de evaluar: el diseño del túnel, la iluminación y el sistema energético, el nivel de tráfico y su vigilancia, los sistemas de comunicación, las vías de escape y salvamento, la protección contra incendios, los sistemas de ventilación en caso de producirse un incendio y la gestión de emergencias.

El “potencial de riesgo”, por su parte, estudia el volumen anual de tráfico, el número de camiones de gran tonelaje que pasan cada día por cada tubo de túnel, si la circulación se produce en uno o dos sentidos, el número de vehículos por hora y carril, el transporte de materias peligrosas, la pendiente longitudinal máxima y otros riesgos, como accesos y salidas, intersecciones, etc.

La combinación de estos dos parámetros (potencial de seguridad y potencial de riesgo) otorga una puntuación a cada uno de los túneles inspeccionados, siendo clasificados en cinco niveles, desde muy satisfactorio a muy insatisfactorio.

La utilidad de estos informes se pone de manifiesto con las mejoras llevadas a cabo por los organismos que se encargan del mantenimiento de los túneles que son estudiados. Sirva como ejemplo el túnel de San Juan, en Alicante, que ha pasado de obtener una calificación de “Muy Insatisfactorio” en el año 2002 a la calificación de “Bueno” en 2005, fruto de la atención prestada por los gestores a los resultados obtenidos y de su preocupación por ofrecer a los conductores un entorno cada día más seguro.

Por desgracia, y pese al continuado esfuerzo por mejorar las infraestructuras, el riesgo de vernos implicados en un incidente no puede ser suprimido por completo. Es por ello que los usuarios debemos estar preparados para saber cómo actuar ante cualquier eventualidad. Desde Centro Zaragoza recomendamos tomar en consideración los siguientes consejos durante este particular Viaje al centro de la Tierra.




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